Buscar este block:

lunes, 29 de febrero de 2016

¿Caperucita Roja en esas? nos cuenta PILAR QUINTANA...

LA NUEVA AVENTURA DE CAPERUCITA ROJA,



Eran más de las cinco cuando mi mamá me pidió que le llevara a la abuela unos pasteles que había preparado. - Que vos preparaste, le dije. Mi mamá era una feminista de línea dura, socióloga, de esas que se sienten agredidas con la sola mención de la palabra cocina.
Tenía tanto talento para la repostería como yo —que estudiaba Ingeniería de Sistemas— sentido poético. Bueno, admitió, los compré en la pastelería. Me pasó la caja.
La tarde estaba encapotada así que me puse mi impermeable rojo de caperuza. Mi mamá me miró burlona. Cuidado con el lobo, Caperucita, me dijo cuando salía. Yo la miré rayado. A ver si captaba que el chiste no me hacía la menor gracia.
El lobo era el nuevo vecino de enfrente y le decíamos así por "lobo". Se ponía medias blancas y zapatos bicolores como los de jugar bolos. Se forraba el torso con camisetas de tela brillante y complicados motivos fluorescentes. Tenía un gimnasio en el garaje de la casa, que dejaba abierto cuando se ejercitaba para que todo El Bosque —nuestro barrio— pudiera admirarle la frondosa musculatura.
Naturalmente mi mamá y yo asumimos que era narco. Nada de eso, nos dijo la abuela que, por su agitada vida social, se sabía la vida de todo el mundo. El lobo era el potentado de las salas de internet del norte de Cali: tenía más de 25 establecimientos entre Santa Mónica y La Flora. A la abuela, por supuesto, le pareció que el individuo era una curiosidad pintoresca que adornaría sus fiestas y, para mi horror, lo invitó a la siguiente que ofreció.
Desde el primer momento me puso los ojos encima. A cada rato me los encontraba —eran verdes— mirándome con una mezcla de cinismo y morbo. Entonces elaboraba una sonrisa retorcida y yo le volteaba la cara ostentosamente. Nunca intentó ponerme conversación ni me sacó a bailar. Afortunadamente. La música lo arrebataba y alzaba los meñiques y animaba a su pareja zumbándole epa, mami, eeeso, así, así. Se dedicó a mirarme nada más, apostado contra las paredes, desde la pista de baile, en las esquinas, mientras botaba el humo de sus kool frozen nights, mientras sorbía whisky del vaso, mientras conversaba con alguien o frotaba a otra en un bolero lento.
Cuando vio que nos íbamos se abrió paso por la fiesta como un tiburón y le preguntó a mi mamá —a ella y no a mí— si quería que nos llevara en su carro. No, gracias, le dije yo y, sin más, agarré mi impermeable rojo de caperuza del perchero.
Mi mamá me alcanzó en la calle. Lloviznaba. Quiso saber qué me había hecho el tipo para tratarlo tan mal, parecía lista para uno de sus ataques de iracundia feminista. Pero más iracunda estaba yo. Me regué en una invectiva sobre lo lobo que era, la provocación de su mirada, la insistencia de su mirada, me explayé en el particular, le di ejemplos y todos los detalles explicativos, y, como se me agotaron las injurias, volví a machacar sobre lo lobo que era.
Mi mamá soltó la carcajada.
Qué, le dije. Se había parado, las manos en la cadera, los ojos vivos con un punto de socarronería. Qué, insistí. No puedo creer que no te des cuenta. De qué, me impacienté. Siempre didáctica, en vez de responder a mi pregunta, mi mamá elaboró otra. Explicame una cosa, empezó suspicaz, ¿por qué sabés que te estuvo mirando toda la noche? No me dio tiempo de explicar nada, ella misma se respondió: porque vos también lo estuviste mirando, lo miraste tanto que hasta sabés qué marca de cigarrillos fuma y cómo baila, ja, se bufó. El odio que le tenés no es sino una máscara para tapar lo que realmente sentís. Suspiró, me miró a los ojos y finalmente sentenció: a vos ese lobo te encanta. Ahora me bufé yo. Ay, mamá, por favor. Ella estaba caminando otra vez, la seguí dando zancadas. Yo no soy tan sucia.
Pero lo era.
Apenas oí el rugido a mis espaldas se me aflojaron las rodillas. El lobo tenía un Dodge Dart del 82, largo y potente, ningún otro carro de El Bosque producía tanto estruendo. Ni tanto espanto, la cojinería era peluda y en el tablero tenía un perrito de adorno que movía la cabeza con el vaivén.
Desde la fiesta de la abuela, me lo encontraba en todas partes. En el paradero del bus, en la panadería, cuando salía a caminar. O nuestros horarios habían empezado a coincidir misteriosamente, o se la pasaba siguiéndome. Yo hacía todo lo posible por ignorarlo: lo saludaba con sequedad y seguía mi camino.
Me alcanzó y disminuyó la velocidad. El lobo recostó el brazo en la ventanilla. Qué se dice, me saludó. Cómo le va, Wilson, le dije lo más antipática que pude. Pero me descubrí mirando de reojo su brazo de macho cabrío. ¿Para dónde va tan solita? Los jeans le apretaban, hacían bulto. Para donde mi abuelita, balbucí ya francamente embebida. La mano, cerrada sobre la palanca de cambios, era poderosa y nervuda. La barba, dura. La boca, gruesa.
Y esos ojos verdes.
Él se había dado cuenta del celo en mi mirada, se reía. ¿La llevo, me preguntó todo convencido. No, le dije y me desvié rápidamente por un callejón de El Bosque que, si bien haría más largo el recorrido, solo admitía peatones.
El lobo aceleró picado.
El Dogde Dart estaba parqueado en la esquina del edificio de la abuela. Pensé que el lobo estaría visitando a alguien que vivía en la misma cuadra. Subí, timbré en el apartamento de la abuela. Está abierto, me dijo con una voz más gutural que de costumbre.
Luego de la muerte de Celia Cruz, a la abuela le dio delirio de Celia Cruz. Se ponía pelucas inverosímiles, vestidos de fantasía y gritaba azúcar con su ronquera de fumadora de toda la vida, mientras bailaba guateque en tacones altos. Le hicieron exámenes de alzhéimer, arteriosclerosis cerebral y las demás variantes de la demencia senil. Dio negativo en todo. Así que no hubo forma de hacer que se moderara, las parrandas de la abuela eran salvajes.
Empujé la puerta, el apartamento estaba en penumbra. Percibí la silueta de la abuela sentada en la silla de mimbre que tenía forma de pavo real. Llevaba su levantadora chinesca y una peluca engargolada, fumaba con su larga pitillera en alto. No me extrañó encontrarla así.
Lo que sí me pareció inaudito fue que el cigarrillo despidiera un suave aroma mentolado, la abuela era adicta al pielroja sin filtro desde los dieciséis años. Le dije que mi mamá le había mandado unos pasteles, me hizo señas de que los pusiera sobre la mesa del comedor. Lo hice y me encaminé hacia la silla pavo real para escrutarla bien. Entonces noté las fluorescencias de la camiseta que llevaba debajo de la levantadora y los zapatos de jugar bolos.
Se me pusieron los pelos de punta.
Pero ni por un segundo pensé en retroceder. Pensé en jugar. Y me di cuenta de que ya no iba a seguir luchando en contra de mis impulsos.
Abuelita, le dije muy lentamente, quitándole la pitillera, qué ojos tan grandes tienes. Se quedó mirándome fijo: son para verte mejor. Cuando me incliné para apagar el cigarrillo, me acerqué a su oreja y le recorrí los pliegues. Abuelita, susurré, qué orejas tan grandes tienes. La piel se le erizó: son para oírte mejor. Me estiré como un gato, le ofrecí el cuello. Abuelita, qué nariz tan grande tienes. Se metió en él y aspiró: es para olerte mejor. Y fui cerrando la distancia entre mis labios y sus labios, pero no le dije abuelita, qué boca tan grande tienes, porque la que se lo iba a comer era yo.
Lo besé.
Le metí la lengua como una serpiente.
La saqué.
Le desaté la levantadora, le bajé la cremallera de los jeans. Lo toqué. Sentí en mis dedos el cosquilleo de un fluido que le subía por la verga. Eso me enloqueció, se le había puesto durísima. Él metió la mano por el impermeable. Me acarició las tetas y me pellizcó un pezón. Eso me enloqueció más. Me monté entre sus piernas, él buscó por debajo de mi falda y me corrió el calzón. Le apreté la verga, me la inserté. Solté un gemido y nos empezamos a mover. El polvo fue desesperado. Fue ávido. Fue duro. Fue delicioso, nos vinimos juntos en una explosión como de juegos pirotécnicos. Y fue liberador: había cumplido una perversión.
Cuando acabamos, no necesité mirarme al espejo para saber que tenía una sonrisa maliciosa de satisfacción puesta en la cara. En cambio, el lobo me estaba mirando enternecido.
La quiero, me dijo.
No tuve tiempo de contestar porque la puerta del apartamento se abrió de golpe. Alcanzamos a separarnos antes de que se prendiera la luz. Me alisé la falda, él se cerró la levantadora. En la puerta, con los ojos desorbitados, estaba el vecino de la abuela.
Era tan viejo y exótico como ella. Se ponía camisas de leñador y botas de caucho para andar por el apartamento, lleno de plantas, como un vivero. Le salían pelos por la nariz y se cogía los tres que le quedaban en la cabeza en una cola de caballo baja.
¿Dónde está, gritó. ¿Quién, dije yo. Su abuela, me respondió. El lobo le dijo que se estaba bañando. El viejo, todavía sospechoso, quiso saber por qué tenía puesta la levantadora y la peluca de la abuela. El lobo inventó que estábamos jugando a las charadas. Con mímica y disfraces, añadió. El viejo pareció serenarse, explicó que había oído unos ruidos muy raros que salían del apartamento, como si alguien se estuviera sofocando. Entonces miró al lobo y me miró a mí. Antes de que pudiera hacer el cómputo, dije que me iba a ver cómo estaba la respiración de la abuela.
Acababa de salir de la ducha. Sin tacones, sin peluca ni maquillaje, envuelta en una toalla, la abuela se veía más vieja, pequeña y desamparada que nunca. Le di un beso, le dije que encontraría los pasteles que mi mamá le había mandado en el comedor. Ella me preguntó si me había divertido con la broma del lobo. Por toda respuesta sonreí.
De vuelta en la sala, le dije al viejo que la abuela estaba respirando perfectamente. Miré al lobo y me despedí con un gesto. El lobo me siguió al corredor. ¿Hablamos mañana, me preguntó ansioso. Me le acerqué. Ya no me producía nada, ni siquiera una leve indisposición. Wilson, hombre, le dije poniéndole la mano en el hombro, lo que pasó estuvo muy bien, pero yo no quiero nada más con usted.

lunes, 22 de febrero de 2016

Marilyn Monroe en la poesía de Jorge Guillén (español) y otros (2)

hbz-marilyn-monroe-01-7z0lrV-promo-xln[1]Resultado de imagen para CUERPO A SOLAS JUNTO A LA TUMBA DE M. M. Caminantes callad. La hermosa actriz ha muerto, Ay, de publicidad. Entre fulgor y ruido, Aquella desnudez, Extravió su sentido. Era tan observada Por los ojos de todos Que se escondió en la nada. Allí no habrá ya escena Donde suene un fatal Arrastre de cadena. El bello cuerpo yace Libre, por fin, a solas. ¡Uf! Requiescat in pace. Jorge GuillénResultado de imagen para CUERPO A SOLAS JUNTO A LA TUMBA DE M. M. Caminantes callad. La hermosa actriz ha muerto, Ay, de publicidad. Entre fulgor y ruido, Aquella desnudez, Extravió su sentido. Era tan observada Por los ojos de todos Que se escondió en la nada. Allí no habrá ya escena Donde suene un fatal Arrastre de cadena. El bello cuerpo yace Libre, por fin, a solas. ¡Uf! Requiescat in pace. Jorge Guillén

CUERPO A SOLAS

(JUNTO A LA TUMBA DE M. M.)


Caminantes callad.
La hermosa actriz ha muerto,
Ay, de publicidad.
Entre fulgor y ruido,
Aquella desnudez,
Extravió su sentido.
Era tan observada
Por los ojos de todos
Que se escondió en la nada.
Allí no habrá ya escena
Donde suene un fatal
Arrastre de cadena.
El bello cuerpo yace
Libre, por fin, a solas.
¡Uf!
Requiescat in pace.
Jorge Guillén
Resultado de imagen para CUERPO A SOLAS JUNTO A LA TUMBA DE M. M. Caminantes callad. La hermosa actriz ha muerto, Ay, de publicidad. Entre fulgor y ruido, Aquella desnudez, Extravió su sentido. Era tan observada Por los ojos de todos Que se escondió en la nada. Allí no habrá ya escena Donde suene un fatal Arrastre de cadena. El bello cuerpo yace Libre, por fin, a solas. ¡Uf! Requiescat in pace. Jorge GuillénResultado de imagen para CUERPO A SOLAS JUNTO A LA TUMBA DE M. M. Caminantes callad. La hermosa actriz ha muerto, Ay, de publicidad. Entre fulgor y ruido, Aquella desnudez, Extravió su sentido. Era tan observada Por los ojos de todos Que se escondió en la nada. Allí no habrá ya escena Donde suene un fatal Arrastre de cadena. El bello cuerpo yace Libre, por fin, a solas. ¡Uf! Requiescat in pace. Jorge GuillénResultado de imagen para CUERPO A SOLAS JUNTO A LA TUMBA DE M. M. Caminantes callad. La hermosa actriz ha muerto, Ay, de publicidad. Entre fulgor y ruido, Aquella desnudez, Extravió su sentido. Era tan observada Por los ojos de todos Que se escondió en la nada. Allí no habrá ya escena Donde suene un fatal Arrastre de cadena. El bello cuerpo yace Libre, por fin, a solas. ¡Uf! Requiescat in pace. Jorge Guillén

MARILYN


Marilyn, te escribo esto en tu vientre.
Justamente debajo del ombligo.
Allí donde al deseo le nacen las curvas
concéntricas, y brilla
la dorada tersura del papel
de la revista que en mi mano tiembla.
Y escribo con mi mano más amada.
Manuel Sánchez Chamorro


Después se supo que Marilyn también escribía, de otros libros y de otras páginas, aquí algunas muestras: 

EL RIO


Amo el río,
ese río silencioso
que cruzan gaviotas y navíos,
amo su agua oscura y dulce,
sucia por fuera,
tierna por dentro.
Me gusta pasear por sus orillas,
escuchar las cosas que me dice.
Me gusta
mirarlo desde el puente,
cerrar los ojos,
soñar con que me tiene
entre sus brazos,
me tiene para siempre.


OLVIDO

Como un buen cirujano
has abierto una herida
nn mi corazón
y la has vuelto a cerrar.
Has arreglado
como un buen relojero
todo lo que no funcionaba bien.
Ahora mi corazón
da siempre la hora en punto,
me despierta a su hora.
Pero dime, amor mío,
al cerrar la hendidura
qué olvidaste allá dentro
que yo no puedo olvidar.


EN EL ASCENSOR

Tuve un sueño horrible.
Yo sola en el ascensor
y el ascensor se detenía
y el resto de mi vida
la pasaba sola en el ascensor.
Exactamente igual
como paso mi vida.



Soy dulce por fuera,
un cordero
que todos quieren acariciar.
Pero por dentro tengo garras
y enormes dientes
y ganas de devorar
carne humana.
Por dentro tengo tanta hambre
que me devoro a mí misma
y no me sacio nunca.




Mujer y poesía, una antología inconclusa (2) En esta vez, Gioconda Belli


Es Gioconda Belli, poeta, maestra, rebelde, irreverente y seductora.

ENLACES



Mujer y poesía, una antología incoclusa (2) pues se acerca el 8 de marzo, una efemérides se debe celebrar con las voces femeninas que fortalecen nuestra lengua, en esta ocasión, Gioconda Belli



Eva advierte sobre las manzanas
de Gioconda Belli


                                                 "Allí te quedo en el pecho,
                                            por muchos años me goces"
                                                                                         C.M.R.

Con poderes de Dios
-centauro omnipotente-
me sacaste de la costilla curva de mi mundo
lanzándome a buscar tu prometida tierra,
la primera estación del paraíso.

Todo dejé atrás.
No oí lamentos, ni recomendaciones
porque en todo el Universo de mi ceguera
solo vos brillabas
recortado sol en la oscuridad.

Y así,
Eva de nuevo,
comí la manzana;
quise construir casa y que la habitáramos,
tener hijos para multiplicar nuestro estrenado territorio.
Pero, después,
sólo estuvieron en vos
las cacerías, los leones,
el elogio a la soledad
y el hosco despertar.

Para mí solamente los regresos de prisa,
tu goce de mi cuerpo,
el descargue repentino de ternura
y luego,
una y otra vez, la huida
tijereteando mi sueño,
llenando de lágrimas la copa de miel
tenazmente ofrecida.

Me desgasté como piedra de río.
Tantas veces pasaste por encima de mis murmullos,
de mis gritos,
abandonándome en la selva de tus confusiones
sin lámpara, ni piedras para hacer fuego y calentarme,
o adivinar el rumbo de tu sombra.

Por eso un día,
vi por última vez
tu figura recostada en el rojo fondo de la habitación
donde conocí más furia que ternura
y te dije adiós
desde el caliente fondo de mis entrañas,
desde el río de lava de mi corazón.

No me llevé nada
porque nada de lo tuyo me pertenecía
-nunca me hiciste dueña de tus cosas-
y saliste de mí
como salen -de pronto-
desparramados, tristes,
los árboles convertidos en trozas,
muertos ya,
pulpa para el recuerdo,
material para entretejer versos.

Fuiste mi Dios
y como Adán, también
me preñaste de frutas y malinches,
de poemas y cogollos,
racimos de inexplicables desconciertos.

Para nunca jamás
esta Eva verá espejismos de paraíso
o morderá manzanas dulces y peligrosas,
orgullosas,
soberbias,
inadecuadas
para el amor.







Mi amor es como un río caudaloso
de Gioconda Belli

Chorreándose en el cuerpo de mi hombre,
mi amor toca tambor y flauta
en las montañas de mi tierra,
dispara con ametralladora
su descarga de besos.
Es un amor de guerra 
con «adiós» y «nos vemos»
un amor con señales de humo
-a lo lejos-
un amor para llevarse en mochilas
para andar clandestino
por ciudades y valles.
Es un amor para cantar victoria,
para llorar heridos
y aprender de derrotas.
Mi amor es bien contento
aunque -a veces- me haga brotar el llanto
es grande como la esperanza
y el valor de mi pueblo;
tiene olores de finca
huele a tierra mojada y campo.
Mi amor es fiero,
ardiente como la libertad,
no conoce de tiempo,
anda dentro de mí
desbocado y rebelde.
Me ha llenado de luz
y lo llevo cargado como un fusil al hombro
lloro y río por él
por este amor hermoso,
claro, como tus ojos.




Quiero
de Gioconda Belli


Quiero tener ese hijo tuyo, amor.

Dárteme desde dentro de mi vientre
en una nueva prolongación de tu inmortalidad.
mostrarte hasta dónde puede crecer mi vida,
como un árbol,
si tú la riegas;
hasta dónde puedo llegar a dárteme
en todas las formas,
en todos los momentos conscientes e inconscientes,
llegar a ser tu río, tu sombra,
la almohada suave donde apoyar tu cabeza,
el viento, el mar,
la risa, la mañana,
tu cama, tu suelo,
tu mujer.







Como gata boca arriba
de Gioconda Belli

Te quiero como gata boca arriba, 
panza arriba te quiero, 
maullando a través de tu mirada, 
de este amor-jaula 
violento, 
lleno de zarpazos 
como una noche de luna
y dos gatos enamorados 
discutiendo su amor en los tejados, 
amándose a gritos y llantos, 
a maldiciones, lagrimas y sonrisas 
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría) 

Te quiero como gata panza arriba 
y me defiendo de huir, 
de dejar esta pelea 
de callejones y noches sin hablarnos, 
este amor que me marea, 
que me llena de polen, 
de fertilidad 
y me anda en el día por la espalda 
haciéndome cosquillas. 

No me voy, no quiero irme, dejarte, 
te busco agazapada 
ronroneando, 
te busco saliendo detrás del sofá, 
brincando sobre tu cama, 
pasándote la cola por los ojos, 
te busco desperezándome en la alfombra, 
poniéndome los anteojos para leer 
libros de educación del hogar 
y no andar chiflada y saber manejar la casa, 
poner la comida, 
asear los cuartos, 
amarte sin polvo y sin desorden, 
amarte organizadamente, 
poniéndole orden a este alboroto 
de revolución y trabajo y amor 
a tiempo y destiempo, 
de noche, de madrugada, 
en el baño, 
riéndonos como gatos mansos, 
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados 
a los pies del sofá de leer el periódico. 

Te quiero como gata agradecida, 
gorda de estar mimada, 
te quiero como gata flaca 
perseguida y llorona, 
te quiero como gata, mi amor, 
como gata, Gioconda, 
como mujer, 




Eros es el agua
de Gioconda Belli


Entre tus piernas

el mar me muestra extraños arrecifes
rocas erguidas corales altaneros
contra mi gruta de caracolas concha nácar
tu molusco de sal persigue la corriente
el agua corta me inventa aletas
mar de la noche con lunas sumergidas
tu oleaje brusco de pulpo enardecido
acelera mis branquias los latidos de esponja
los caballos minúsculos flotando entre gemidos
enredados en largos pistilos de medusa.
Amor entre delfines
dando saltos te lanzas sobre mi flanco leve
te recibo sin ruido te miro entre burbujas
tu risa cerco con mi boca espuma
ligereza del agua oxigeno de tu vegetación de clorofila
la corona de luna abre espacio al océano
De océano los ojos plateados
fluye larga mirada final
y nos alzamos desde el cuerpo acuático
somos carne otra vez
una mujer y un hombre
entre las rocas.





  
Definición



Podríamos tener una discusión sobre el amor.

Yo te diría que amo la curiosa manera
en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen,
exploradores que renuevan
el más antiguo acto del conocimiento.

Diría que amo tu piel y que mi piel te ama,
que amo la escondida torre
que de repente se alza desafiante
y tiembla dentro de mí
buscando la mujer que anida
en lo más profundo de mi interior de hembra.

Diría también que amo tus ojos
que son limpios y que también me penetran
con vaho de ternura o de preguntas.

Diría que amo tu voz
sobre todo cuando decís poemas,
pero también cuando sonás serio,
tan preocupado por entender
este mundo tan ancho y tan ajeno.

Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome en el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que existía y estás,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Podríamos discutir si es serio 
esto que te digo.
Si es una quemadura leve, de segundo, 
tercer o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo sólo una simple frase afirmo
Te amo




viernes, 19 de febrero de 2016

PLANES DE DESARROLLO Y PREGUNTAS DE CARTILLA (1)



¿Qué es un Plan de Desarrollo?

Primero hay que definir el desarrollo. Una aproximación es que  "el desarrollo es humano, social y sostenible" según Augusto Franco y renglones más adelante agrega:  " es preciso crecer, pero crecer sosteniblemente –es decir, producir más y mejor, pero sin comprometer la vida de las generaciones futuras– y distribuir con más equidad los frutos de este crecimiento". Una sociedad que tiene claro su norte no discute como vamos a partir la marrana; sueña como  prepara el bienestar de sus hijos y nietos. Es tradicional el refrán que afirma que el estadista que piensa para los próximos cien años es un iluminado profeta.  Vea estos enlaces  en su integridad y reflexione los qué, cómo y para quién   hacemos patria si es auténtica nuestra preocupación por el territorio que habitamos y nos reconoce en el gentilicio. Un auténtico colombiano es el que está atento que hacen de sus suelo, de sus recursos y, quien además se queda intranquilo al desconocer cómo se están formulando los planes de desarrollo en el país.  (http://municipios.unq.edu.ar/modules/mislibros/archivos/porque.pdf - consultado el 18 de ferero de 2016)





Segundo hay que precisar qué es un plan.


Es el instrumento rector de la planeación nacional y territorial, que sirve como fundamento normativo de las políticas económicas, sociales, culturales y ambientales necesarias para el desarrollo integral y sustentable del país, que responden a los compromisos adquiridos en los programas de gobierno.

 Es un medio para “ordenar la política estatal hacia el logro de los objetivos que incorpora la noción del Estado Social de Derecho, que no podría entenderse ni alcanzar la plenitud de sus objetivos ni tampoco realizar lo que es de su esencia sino sobre la base de que el orden jurídico y la actividad pública están ordenados a satisfacer los intereses de quienes integran la sociedad civil”. 


 Orienta la actuación de los diferentes actores del territorio durante un período de gobierno; en este se expresan los objetivos, metas, políticas, programas, subprogramas y proyectos de desarrollo, los cuales no sólo son el resultado de un proceso de concertación, sino que responden a los compromisos adquiridos en el Programa de Gobierno y a las competencias y recursos definidos tanto por la Constitución como por la Ley.

 Es un ejercicio prospectivo en el cual se sueña con un territorio mejor, pero a la vez es un ejercicio práctico donde se diseñan instrumentos viables que efectivamente permitan convertir el territorio deseado en un territorio posible.

Es la búsqueda de un adecuado balance entre objetivos y limitaciones, con la mira siempre puesta en tratar de incrementar el bienestar de la población guardando armonía y coherencia con los planteamientos del Plan Nacional de Desarrollo y las necesidades de las comunidades.

A continuación unos enlaces para ampliar más este concepto:


http://cidseci.dgsc.go.cr/datos/Gestion%20de%20las%20competencias-Claude%20Levy.pdf

desarrollo sostenible:

http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/31028/S9800066_es.pdf?sequence=1

http://www.oekosozial.at/uploads/tx_osfopage/mediendatenbank-clean/Projekt%20der%20Hoffnung%20span.pdf



Páginas que hay que leer:



LECTURAS PARA PRECISAR TÉRMINOS 

SocietasAdolfo Eslava

Planes de desarrollo y políticas públicas

17/01/2012
La planeación del desarrollo a la que estamos invitados los colombianos en esta primera fase del gobierno de los mandatarios locales, representa una oportunidad valiosa. Así como en el plano personal existen momentos para hacer altos en el camino, reflexionar y hacer ajustes en la vida corriente, ésta es la ocasión precisa para pensar la vida en comunidad y ayudar a construir bitácoras de gobierno que jalonen procesos y permitan tomar decisiones que actúen en menoscabo de la exclusión que prolifera en nuestros territorios.
Una apuesta seria de desarrollo, una ciudadanía comprometida y un equipo de gobierno con credibilidad y liderazgo son ingredientes básicos para elaborar un plan de desarrollo que supere la letra muerta, la demagogia y la sarta de promesas sin fundamento que suelen caracterizar el instrumento de marras.
La apuesta de desarrollo debe estar consignada en el programa de gobierno que permitió construir mayorías electorales, pero cuya traducción en plan exige los ajustes que surjan de las limitaciones o potencialidades del juego político propio del proceso de las políticas públicas (deliberación, factibilidad técnica y política, implementación y evaluación).
El rol participativo tiene que ver con la urgencia de abrir un auténtico espacio en el diálogo tradicional entre el poder político y las ideas técnicas, con el fin de darle voz a la vivencia ciudadana como fuente de atributos comunitarios que hagan viables las propuestas de cohesión social para enfrentar las deudas históricas asociadas a la desigualdad. En este sentido, la audacia de las políticas públicas tiene asidero en la fuerza ciudadana de la confianza, la cooperación, la reciprocidad, la solidaridad, la acción colectiva y otros valores comunitarios que existen a pesar de las adversidades o quizá, debido a ellas.  
Asimismo, en tiempos de corrupción rampante y políticas de transparencia reducidas al terreno mediático, el gobernante honesto tiene la posibilidad de mostrar intenciones y comprometer recursos para acometer acciones decididas a transformar la vida que soportan las personas más vulnerables. En este contexto, la honestidad de un gobernante es la pieza clave para ganar el favor popular, la confianza de aliados estratégicos y un mayor alcance para sus propuestas de gobierno. 
En consecuencia, el programa de gobierno traducido en plan de desarrollo debe contar con el análisis de políticas con énfasis en los asuntos comunitarios que permita dar cuenta de ideas, recursos e intereses presentes en el proceso que convierte las nuevas ideas para resolver problemas públicos en soluciones factibles de llevar a la práctica con criterios de evaluación claramente establecidos para medir resultados e impacto del conjunto de decisiones que conforman las políticas públicas. En breve, un norte, la comunidad y la transparencia son asuntos centrales para la planeación audaz que requiere nuestras complejas realidades locales.

Tomado de: http://www.portafolio.co/opinion/blogs/societas/ (consultado 18 -02 - 2016)