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jueves, 3 de marzo de 2016

CARMEN CECILIA SUAREZ una poeta de la cual saben más en el exterior que en el país



Algún día nos fundiremos, lo sé. Algún día atravesaremos las paredes del miedo para unirnos; aunque estemos viejos y arrugados. Puede ser que una vez baste para sacarte de adentro. Y entonces, ya no te veré en las esquinas, ya no te colarás en mis sueños. (Un vestido rojo para bailar boleros 50)





Quiero amarte. Todo mi yo lo está gritando, mi piel, mi mente, mis brazos, mis manos, mi boca, mis senos, mi sexo. Has aplazado este encuentro hasta el infinito y cuando ocurra, el alarido del éxtasis retumbará en esta vieja casa por otros trescientos años. (Ibíd. 88)





Desesperada te envié un nota: “Pendejo ¿qué se hizo? me hace falta, ¡venga!”. Pasaron los días y no fuiste […] Así que seguí yendo a aquel café, porque, después de todo, ¿Qué más hacer, en esta ciudad gris, sino tomar tinto y esperarte? (Un vestido rojo para bailar boleros 15-16)



Pero no podía olvidarte. No lograba concentrarme en el trabajo. Comencé a perder las llaves, a meter la loza sucia en la nevera y el pan en el lavaplatos, a reírme a destiempo, a llorar por cualquier cosa, a comer compulsivamente. (Ibíd 15-16)

Entonces recurrí a la maga que me echó las cartas, al brujo que me leyó el tabaco, al siquiatra que me analizó y todos me dijeron que te olvidara. (Ibíd. 16)

Graciela no volvió a recibir cartas de su novio en Paris, Armando no vino a visitar a Piedad, el Presidente dejó de hablar todos los días en la radio —el país desconcertado se sintió huérfano, sin camino— y tú no regresaste al café donde solíamos encontrarnos. (Un vestido rojo para bailar boleros 14)

La tormenta solar/ impidió que los aviones volaran;/ los trenes perdieron los horarios/ los teléfonos y las computadoras/ callaron./ ¿Tendremos que regresar/ a las palomas mensajeras y a la telepatía? (Retazos en el tiempo 47) 




La domadora del tiempo
Carmen Cecilia Suárez es una de las docentes más preparadas en Colombia para la formación de profesores. Increíblemente hábil y disciplinada en el manejo de su tiempo. Gracias a ello pude poner en marcha tantos proyectos a la vez como desee.
Hace varios años, Carmen Cecilia Suárez Mantilla, (la socióloga, magister en psicología educativa, Ph.D. en planeación y evaluación educativa, escritora, poeta, fundadora y accionista de la editorial independiente La serpiente Emplumada, asesora del proceso de acreditación y evaluación de la Universidad Sergio Arboleda, directora y docente de la maestría en docencia investigativa de la misma institución, madre y recién estrenada abuela) entendió que la clave para poder ser todo lo que es y hacer todo cuanto ha hecho está en el manejo que le da al tiempo. Por eso un día, después de apagar el televisor, hizo la cuenta del tiempo que había malgastado sentada en frente de esa caja luminosa, viendo malos programas y se arrepintió de no haberlo invertido mejor en cosas más productivas. Sacó el aparato de su casa y lo regaló.
Ese acto impulsivo le obsequió tiempo y espacio para avanzar en sus proyectos, para escribir y hasta para ir al cine con sus amigos. La profesora Carmen Cecilia ha dedicado su vida a la educación y a la literatura. Es una de las docentes colombianas mejor preparadas para formar maestros, autora de cinco libros sobre pedagogía y educación, tres de cuentos y dos de poesía. Estos frutos literarios, junto con varios proyectos educativos que ha emprendido conforman su exitosa experiencia en la docencia y han sido gran aporte al desarrollo de la educación en Colombia.



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Su primer trabajo en docencia fue con niños de escasos recursos, en su mayoría negros y latinos, en Estados Unidos, en 1967. Se trataba de un programa contra la pobreza de ese país, donde Carmen Cecilia vivió gran parte de su juventud, estudió sociología, se especializó en psicología educativa, hizo el doctorado en educación y recibió un título honorífico en literatura en Iowa de parte de la Embajada de Estados Unidos.
Trabajar con niños menores de cinco años en Estados Unidos la impulsó a desarrollar una educación preescolar innovadora en Colombia. A principios de la década del 70 fundó el Colegio Preescolar CIMPE, una institución educativa revolucionaria que planteó, por primera vez en Colombia, la importancia de la lúdica y el juego en la educación de los niños en primera infancia.
A partir de esta propuesta, el Ministerio de Educación Nacional la invitó a que asesorara la creación del currículo de preescolar. El dominio que ella tenía de una metodología innovadora para la enseñanza preescolar ayudó a cambiar la forma como se abordaba a los niños en las escuelas del país.
Recordando esa época, la doctora Carmen Cecilia afirma que, "definitivamente fue una experiencia muy valiosa. La única tarea pendiente que me queda con ese tema es escribir un libro sobre la fundación del colegio y el trabajo que hicimos allí con los niños".
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En los años 80, la edad de sus alumnos aumentó considerablemente. Llegó la hora para Carmen Cecilia de enseñar a universitarios. Su trabajo como profesora de educación superior siempre ha estado ligado a la formación de docentes. Dictó clases de modelos pedagógicos, de educación preescolar, de innovación educativa, entre otras, en las universidades Javeriana, San Buenaventura, Tadeo Lozano, Pedagógica de Colombia, y desde hace diez años en la Sergio Arboleda. En varias de estas instituciones también se desempeñó como asesora en temas de acreditación.
Como el colegio de preescolar, otro de sus proyectos estrella fue la creación de la Especialización en Docencia e Investigación de la Universidad Sergio Arboleda, en 2001. Cuatro años después abrió la maestría en el mismo campo que forma a docentes universitarios con diferentes énfasis: pedagogía, ciencias astronómicas, ciencias de la salud, ciencias económicas, ciencias jurídicas, comunicación social, filosofía, historia, ingeniería y matemáticas. Hoy, Carmen Cecilia es la directora del programa y asesora las tesis de grado de los estudiantes.
"En esta maestría hacemos algo que, por lo general está olvidado en la formación de docentes, y es enseñar a investigar. Hemos creado un conjunto interdisciplinario en el cual discutimos el tema pedagógico desde diversos campos del conocimiento. Ha sido un logro que contemos con doce doctores apoyando la maestría", comenta Carmen Cecilia, para quien el reto de formar docentes está en lograr imprimirles criterio pedagógico más que recetas para la enseñanza. "Ese es el gran faltante en la formación de docentes en nuestro país. Si entraran en conciencia de la historia del pensamiento pedagógico, se formarían para enfrentarse y solucionar cualquier conflicto del oficio con criterio".
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Como si el esfuerzo en el campo educativo no fuera suficiente para saciar el ánimo emprendedor de Carmen Cecilia, en 2001 fundó la editorial La Serpiente Emplumada para promover la publicación de autores pequeños y la exportación de sus libros para que los conozcan en el exterior. "La mayoría de los escritores no tienen opción de publicar y menos de que sus obras salgan del país. A pesar de que nuestra editorial es pequeña, hemos logrado exportar algunos libros y llamar la atención de otros editores en el exterior". Así resume Carmen Cecilia este proyecto cultural, que, a pesar de no ser una mina de oro, sus socios, una sociedad anónima de escritores, editores y lectores, esperan que llegue a ser autosostenible.
Con el tiempo que demanda la editorial, la maestría, las clases y las asesorías de las investigaciones, parecería imposible que Carmen Cecilia sacara un momento para escribir, pero lo hace. Carga en su bolso una libretica argollada donde apunta ideas para poemas, frases o pistas de algún cuento que más adelante escribirá. Está terminando un libro de poemas que espera publicar pronto con su editorial.
"Todo se logra con el buen manejo del tiempo. Esto no quiere decir que haya sacrificado mi diversión. Tengo muchos amigos y me encanta ir al cine. Además ahora tengo que dedicarme a mi nieta que acaba de nacer. Todo se va dando. Tengo equipos de trabajo que me colaboran muchísimo y de esa manera siempre habrá tiempo para todos los proyectos".

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