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martes, 16 de diciembre de 2014

Para contar cuentos hay unos enlaces de lujo por Luis Emiro Álvarez

boletin-vacaciones-papa-y-niño

http://www.secretosparacontar.org/

Cuando pensamos en los hombres y mujeres del campo colombiano también pensamos en los campesinos de los corregimientos de Yopal y de los pueblos de Casanare. Hay un cuestionario por resolver desde las academias. Es tarea de los intelectuales o quienes nos estamos formando en tal sentido, compilar esas preguntas y colocarlas en los escenarios del debate que hace ciencia, o al menos eso pretende. Acá enuncio algunas:

1. No se entiende por qué razón los costos de transporte inter-veredal son más altos que los costos de las ciudades capitales de departamento hasta Bogotá. Por ejemplo, viajar en bus de Medellín a Bogotá vale $ 60.000 aproximadamente. Viajar de Yopal a Bogotá vale unos $ 50.000 a la fecha de hoy, 16 de diciembre de 2014. Después de la actualización del salario mínimo legal vigente las circunstancias pueden variar. Pero no a favor del campesino. Desde el casco urbano de cualquier municipio hasta la vereda mas lejana de su mismo territorio le pueden cobrar hasta $ 100.000. Por ejemplo ir al coregimiento de Tacarimena del Municipio de Yopal al campesino le pueden cobrar $ 50.000  ¿Por qué? Como se dice en mi tierra, "Adivínelo Vargas", que la distancia, que el estado de la carretera, que el clima, que el carro, que la gasolina. Nunca faltaran los qué.

2. Tampoco hemos calculado cuanto vale llevar un libro a las manos de un niño campesino hasta allá a su vereda, donde aprende competencias ecológicas connaturales a su hábitat. Ese cálculo tampoco ha sido convalidado frente al costo de una revista sobre economía doméstica para esas mujeres heroicas que cada amanecer solo confían en Dios y en sus fuerzas para salir avantes.  Ignoramos o mejor desconocemos los efectos de una  publicación sobre bricolaje en las manos de un hombre de labranza, de esos "todo terreno" que no se marean ante nada.

Pues sin lugar a dudas la Fundación Secretos para contar, lectura y educación para el campo se ha dado a la tarea de equilibrar con alfabetización para la vida cotidiana esas brechas que nos separan y obnubilan entre los sofismas de la vida citadina y las incomodicdaes de la vida del campo. En época de vacaciones, al visitar sus parientes del campo, lléveles un cuento infantil, un libro de antología o al menos enséñeles a usar en Internet... pues es cierto que hasta en la vereda más retirada ya se le pueden prender velitas a San Google. Allí se pueden pasar las dulces e interesantes páginas de esta publicación cuyos objetivos editoriales son dignos de réplica:

1. Proporcionar la lectura para mejorar la calidad de vida campesina
2. A través de la lectura las comunidades campesinas valoren su vida, su imagen y su trabajo
3. Por medio de la lectura brindar espacios de entretenimiento y diversión
4. Apalancados en la lectura mejorar los niveles de enseñanza en las escuelas rurales
5. Destacar y acompañar el trabajo de los maestros rurales y
6. Resaltar en las comunidades rurales sus saberes, conocimientos e historias  para mediar el cuidado y     esmero del y sobe el medio ambiente.

Unas paginas para soñar 



miércoles, 3 de diciembre de 2014

Es hora de evaluar

Es hora de evaluar

Cada noviembre en nuestra cultura se evalúa por esta época para saber cómo continuar en la próxima jornada, en el próximo año. Y evaluamos antes de las fiestas de navidad. Al menos es la meta. No siempre se cumple. En el sector empresarial se trata de una práctica con la cual ya se han dado algunos ejercicios de ls cuales en la academia podemos aprender.



Es hora de hacer preguntas en torno a lo que hacemos, el cómo lo hacemos, por qué lo hacemos, para que lo hacemos. Y es hora de preguntar como comunidad académica. No estamos solos. Thomas Merton nos anuncia que "Nunca estamos solos" y su reflexión entre evangélica y filosófica nos señala niveles de corresponsabilidad, entendiendo este término como suma de responsabilidades o de esfuerzos. 


También sumamos preguntas para acercarnos al diseño de cambios e inquietudes. En ellas acumulamos insatisfacciones, quejas, reclamos. Incluso  acogemos malestares e indisposiciones para evaluarlas y, desde esta perspectiva identificar las causas de aquellas tareas inconclusas.