MARILYN
(Escritor español, 1954 - )
Marilyn, te escribo esto en tu vientre.
Justamente debajo del ombligo.
Allí donde al deseo le nacen las curvas
concéntricas, y brilla
la dorada tersura del papel
de la revista que en mi mano tiembla.
Y escribo con mi mano más amada.
(Manuel Sánchez Chamorro, autor del Libro del vampiro y otras monstruosidades)
También escribió poesía, algunas de sus páginas:
Ay maldita sea me gustaría estar
muerta -absolutamente no existente-
ausente de aquí -de
todas partes pero cómo lo haría
Siempre hay puentes -el puente de Brooklyn
Pero me encanta ese puente (todo se ve hermoso desde su altura
y el aire es tan limpio) al caminar parece
tranquilo a pesar de tantísimos
coches que van como locos por la parte de abajo. Así que
tendrá que ser algún otro puente
uno feo y sin vistas -salvo que
me gustan en especial todos los puentes -tienen
algo y además
nunca he visto un puente feo
Marilyn Monroe (sin fecha)
Socorro, socorro.
Socorro.
Siento que la vida se me acerca
cuando lo único que quiero
es morir.
Grito -
empezaste y terminaste en el aire
pero ¿qué hubo en medio?
Marilyn Monroe, 1961
¡¡¡Sola!!!
Estoy sola -siempre estoy
sola
sea como sea
Marilyn Monroe (sin fecha)
Vida -
soy de tus dos direcciones
De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo
casi siempre
pero fuerte como una telaraña al
viento -existo más con la escarcha fría resplandeciente
Pero mis rayos con abalorios son del color
que he visto en un cuadro -ah vida
te han engañado
Marilyn Monroe (sin fecha)
LOS INADAPTADOS NO TE OLVIDAMOS MARILYN
de Jotamario Arbelaez (poeta colombiano, nadaista, )
Ahora que los gusanos han echado sobre tu cuerpo
la
primera palada de olvido
ahora que vives debajo de Los Ángeles
sin necesidad de
psiquiatras
ahora que el hueso altivo de tu cadera
es puro polvo en
una caja
y puro polvo son tus nalgas diseminadas
por el suelo de
raso de tu tumba
ahora que la totalidad de tu cuerpo
cabe en la más
pequeña de tus polveras
ahora que las uñas de tus pies yacen a tus pies
disgregadas como planetas muertos
y los
tacones de platino de tus zapatillas de
gala
se doblan entre canastas de champaña
bajo el peso terrible de la ausencia
de tu talón de Aquiles
ahora que en tu ropero los polillas han hecho lo propio
con tus trajes olorosos a fiesta
en Beverly Hills
a Chanel número 5 a los cinco dedos de una mano
ahora que el millonario excéntrico que alquiló la mansión
que habitabas en Brentwood
ha dejado de buscar tus axilas en los rincones de la sala
y organiza con sus invitados un safari de rinocerontes en Perú
ahora que el psiquiatra que te atendía se ha declarado en
quiebra
y para pagar sus impuestos está escribiendo tus ‘memorias’
y además porque a sus tres esposas
esposas
les hacen mucha falta los doce mil dólares mensuales
que le entregabas de honorarios
ahora que las pastillas soporíferas que tomaste
se agotan
rápidamente en las farmacias
como canciones de cuna definitivas
ahora que hasta en las cintas viejas de celuloide
se están
cerrando tus ojos
cansados de soportar tanta pestaña
tanta vigilia tanta viga
ahora que ya nadie sabe quién era norma jean baker
porque
las Baker norma jean
abundan
en los directorios telefónicos
ahora que los 188 mil millones de psicópatas
ya no te ven
en sueños en inglés con
leyendas en castellano como una bruja de salem
volando sobre un bate de béisbol
ahora que la obra dramática de tu ex marido
sobre tu vida
ha quedado en tablas ante los
críticos de Broadway
y ha dejado para siempre de alumbrarte
el sol de los
fotógrafos
oh gata llena de misterio
sobre el mercedes benz del
olvido
en este pequeño país latinoamericano que se llama
Colombia
vivimos varios poetas inadaptados que no queremos
olvidarte
(tú Marilyn fuiste más importante para nosotros que la
doctrina Monroe)
y que nos acordamos de ti cuando sale la luna sobre los
“jaguares”
cuando bajamos deslizándonos por la pasarela del jet
cuando leemos en la prensa que Dalí ha hecho de tus senos
una escultura de gavetas
y nuestras mujeres gritan en los más alto de los
ascensores
A veces como ahora
te elevamos una oración por qué
no te
elevamos en una oración
en un réquiem en un anti-réquiem en un responso
qué
sabemos nosotros de esos nombres
sólo que cada hombre ora a lo que más ama
sobre todo si lo que más ama está muerto
y es entonces cuando queremos acostarnos boca abajo
en el
cementerio de Westwood
para sentir en nuestros poros púbicos
las lanzas de
hierba que crecen desde tus ingles
norteamericanas
ahora que estás muerta y reposas enquistada
sin muchas
esperanzas en la resurrección de los cuerpos
en ese pequeño lugar que es como el ombliguito de América
luego de haber vivido entre reflectores y niebla
entre
almacenistas y magnates
entre
dramaturgos y policías
entre
los espejos y el espejismo del amor.
de Ernesto Cardenal (Poeta, sacerdote y líder político nicaraguense, 1923 - )
Oración por Marilyn Monroe
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